Reseña del libro "El valor de educar" Fernando Savater


 

Libro “El valor de educar”

Autor: Fernando Savater.

Editorial: Ariel, S.A. Barcelona.

Segunda edición Abril 1997.

102 páginas.

            Reseñadora: Abigail Nohemí Aguilar Latín.

            Comienza con el prólogo “Carta a la maestra” donde señala el valor y la importancia de los maestros, menciona que la manera de sobresalir es con la educación.

            El primer capítulo es titulado “El aprendizaje humano” y para mí se resume en la experiencia que adquirimos y nuestro deber de enseñar a nuestro prójimo. El vehículo que nos traslada a ser verdaderamente humanos es la educación, es con el aprendizaje que se adquiere una identidad.

            En esta primera parte se muestra el contraste del ser humano con los animales y una frase que destaca fue la de John Passmore que dijo en su filosofía de la enseñanza:

            “Que todos los seres humanos enseñan es, en muchos sentidos, su aspecto más importante: el hecho en virtud del cual, y a diferencia de otros miembros del reino animal, pueden transmitir las características adquiridas. Si renunciaran a la enseñanza y se contentaran con el amor, perderían su rasgo distintivo.” P.14

            Con esto nos enseña que como humanos debemos de enseñar los conocimientos que ya dominamos a los que no saben, haciéndonos así diferentes a los animales.

            Continúa con el capítulo dos que lleva por título “Los contenidos de la enseñanza” aquí se expone que la educación enseña que el ser humano no es único sino que se tiene un círculo de personas de las que aprende, también enseña que nacemos en un linaje ya establecido por lo que no se es el iniciador del mismo y se nace dentro de una serie de tradiciones y mitos en los que se va a vivir.

            La escuela nace para cubrir la necesitad de enseñar conocimientos más avanzados y específicos que no se enseñan en el hogar, es por eso que se capacitan a personas aptas para enseñar conocimientos instrumentales.

            El tercer capítulo va de la mano con el anterior ya que en este se muestra la importancia de la familia en la educación, es por esto que se titula “El eclipse de la familia”, lo que se aprende en la familia tiene grandes repercusiones, en los casos favorables permitirá al niño sobreponerse a las adversidades que la vida presenta, pero en los casos desfavorables puede sembrar en el niño prejuicios que estarán arraigados fuertemente y muy difícilmente podrán quitarse. Un pensamiento destacado es el siguiente de Juan Carlos Tedesco:

            …cuando la familia socializaba, la escuela podía ocuparse de enseñar. Ahora que la familia no cubre plenamente su papel socializador, la escuela no sólo no puede efectuar su tarea específica con la tarea del pasado, sino que comienza a ser objeto de nuevas demandas para las cuales no está preparada. P. 27

            Tedesco explica la función socializadora de la familia y hace mención sobre la falla existente en la actualidad en la función de la familia, nos damos cuenta que al ser la familia la base para la enseñanza, un cambio o una resquebradura en su papel puede ocasionar caos en los eslabones de la cadena y lo que pudo ser una educación eficaz llega a ser mediocre.

            Pasando al cuarto capítulo que lleva por título “La disciplina de la libertad” aquí se expone el papel del docente en la educación, siendo este el principal actor para que los alumnos adquieran los conocimientos, sin la educación regresaríamos nuevamente a la opresión de la cual apenas logramos salir, la ignorancia.

            La escuela es un lugar de aprendizaje, donde el niño tiene la libertad de desarrollarse a su forma, no se puede educar por medio de la oposición, se deben formar ciudadanos libres, si el maestro lleva a cabo su clase con la mirada puesta en obligar a los alumnos a aprender cueste lo que cueste no lo logrará, en cambio si su objetivo es guiarlos en el proceso de autodescubrimiento por medio de diversas estrategias, materiales, herramientas, entre otros recursos, ellos llegarán a amar la escuela.

            El capítulo quinto tiene por título la siguiente interrogante: “Hacia una humanidad sin humanidades” en este capítulo se señala la importancia del humanismo que es crear un pensamiento crítico en loa alumnos, que sean curiosos por los nuevos aprendizajes, que razonen de manera lógica y rápida, que sean sensible a diversos temas y sobre todo que tengan el gusto por aprender.

            De igual manera destaca la responsabilidad del docente de enseñar por el gusto de aprender y por la curiosidad para que el momento en el que el maestro no esté presente, el alumno sea autodidacta y aprenda por el mismo, tarea que hoy en día es sencilla ya que vivimos en la época de la información, es decir, que se puede encontrar la información con unos cuantos clics y al momento, sin necesidad de buscar en bibliotecas. 

            Termina con el capítulo 6 “Educar es universalizar” termina mostrando que la educación, con la ayuda de los docentes, busca formar a personas capaces, pretende eliminar los prejuicios y promueve la justicia social.

            Todos nacemos con una genética pero no debemos dejar que eso nos domine, debemos de aprender de los demás y ser mejores para nosotros mismos.

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